Esperando ansioso el doble check del Wasap en mitad de la
noche.
Sintiéndose la mitad de inteligente a cada segundo que pasa.
Con más miedo que los tercios de Flandes.
Encarcelado por las paredes de su cuarto.
Borracho de quintos de cerveza.
Con ganas crecientes de violar el sexto mandamiento.
Pensando que no le salva ni el séptimo de caballería.
Notando el vacío de Dios al octavo día.
La novena de Beethoven sonando burlona en la casa del
vecino.
Resignado a un lotería para la que no ha comprado décimo.
Otro suspenso en mates, llorera de números |
Escribiendo…
Expectación que se dobla, triplica, cuatriplica,
quintuplica, multiplica por todo tipo de números cada vez más altos e
imponentes, cada vez más elevados hacia el cielo, observando con desprecio en
su ascenso a las insignificantes fracciones que besan la tierra con sus cuerpos
partidos por la mitad.