14 de febrero de 2011

Muertes ridículas 4: El beso fatal

Después de contemplar un despiste fatal, una despedida programada y un infartazo con retranca, ahondamos en los misterios que dan más miedito, los de nuestro cuerpo serrano y todo lo desconocido que se cuece en su interior. Porque no sé vosotros, pero a mí me da cosa cada vez que oigo mis jugos intestinales como suspiros agónicos de la niña del Exorcista. Sabemos que la sangre circula casi desde hace quinientos años, cuando lo descubrió Miguel Servet (otra muerte con tela: chamuscado en la hoguera) y en todos estos siglos la medicina lo ha descifrado casi todo, pero quedan agujeros negros insondables, como el que se tragó a esta pobre diablilla.

El morbo por los calvos puede ser fatal

¡Bienvenidos al maravilloso Síndrome de muerte súbita del adulto! Se comenta en este artículo médico que cada año se producen 150 muertes inexplicables en Inglaterra y que se pueden deber a anormalidades eléctricas del corazón. ¡Anormalidades eléctricas del corazón! Suena a título de canción de Los Planetas o a poema de Pablo Neruda. Pero en realidad es una historia muy prosaica. Jemma Benjamin, una chica universitaria y sana, nadadora y jugadora de hockey, con 18 añitos en plena ebullición que piden un besito a su ligue. Y hasta luego Lucas. ¿Qué pensara Daniel Ross el resto de su vida? ¿Que es el mensajero de la Parca o que la medicina aún tiene camino por explorar? A buen seguro, lo que más le preocupará es que ninguna otra chica conozca su extraña habilidad o dormirá solo todas las noches de su vida.

1 comentario:

Nacho dijo...

Anda, no me mates!! Digo, no me beses!!

No me jodas que no hace falta mala suerte para echarte un ligue y palmar por un beso. Espero que por lo menos se regalasen muchas cosas los 3 meses anteriores. Qué duro...